En un lugar de Tecozautla, Hgo. llamado “El columpio del diablo”, hace muchos años en plena oscuridad y justo a la media noche, entre las dos peñas que componen ese lugar se escuchaban los funestos quejidos de un hombre que parecía estar agonizando. La gente que pasaba por ahí, al escuchar los fantasmales quejidos vivían una experiencia muy rara, quedándose sin habla y hasta mucho tiempo después reaccionaban para salir despavoridos de ese terrible lugar.
Cuenta la leyenda que una noche dos personas que transitaban por aquel lugar no resistieron la tentación al escuchar los quejidos y decidieron internarse en el lugar para ver de qué se trataba. Al llegar al lugar, los dos personajes no daban crédito al darse cuenta que un hacendado que había muerto tiempo atrás se columpiaba en una cuerda que pendía de los dos cerros. Su rostro pálido dejaba ver su condición calavérica, lo que provocó en las personas un terrible miedo que los heló hasta los huesos y crispó sus cabellos.
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